Hacia finales del siglo XVII el científico inglés Robert Boyle (1627-1691) designó la causa de este fenómeno con el nombre de electricidad. Posteriormente, el ingeniero y físico francés Charles – Augustin de Coulomb (1736-1806) determinó la ley por la que se regían las manifestaciones eléctricas y estableció que en los cuerpos puntiformes electrizados «las acciones eléctricas son directamente proporcionales al producto de sus cargas e inversamente proporcionales al cuadrado de su distancia, y dependen del medio (aire, agua, vacío, etc.) en que ambos estén».
De todo esto, extraemos una serie de conclusiones. Veamos:
-Los cuerpos pueden ser electrizados por contacto.
-Existen dos clases de electrización llamadas positiva y negativa.
-Dos cuerpos con carga eléctrica diferente se atraen y los de carga igual se repelen.
-Con el frotamiento no sólo se electriza el cuerpo frotado sino también el utilizado para frotar, y ambos de tal forma que adquieren idéntica cantidad de electricidad, pero de signo contrario.